El violinista del Titanic
Para contextualizar una respuesta que no ha sido nada fácil, permitidme una breve entrada.
Llevo colaborando con la revista semanal El Jueves apenas desde hace un año. Llegué a la revista tras haber consolidado una trayectoria personal en diversos medios, pero básicamente algunos conoceréis mi trabajo en el digital La Información.
Allá fuimos juntados un buen puñado de humoristas gráficos: Sejo, JR. Mora, Malagón, JM Puebla, David Vela (que apenas colaboró un mes) y yo mismo, cada uno con su particular enfoque de abordar la actualidad. Llegó la crisis y nos fulminó paulatinamente a todos. No sólo allí, muchos de mis compañeros han sido víctimas en otros medios de este vendaval que ha barrido no pocos empleos, viviendas, valores y estructuras. Algo que he recogido y tratado de resumir en lo que yo mismo he llamado el CATACRACK.
Antes de que se consumara mi salida de La Información, y viendo cómo se cerraban las pocas puertas desde las que los humoristas damos nuestro parecer, me acerqué a El Jueves para ofrecerme a colaborar dando mi visión crítica de la actualidad. Mi participación en este tiempo ha sido bastante testimonial, limitada normalmente alguna viñeta semanal (portadilla) escogida entre cuatro o cinco propuestas que suelo enviar semanalmente al consejillo de redacción.
Hace una semana, el lunes 2 de junio, la revista El Jueves cerraba su improvisado número sobre la abdicación del Rey de la manera habitual. Habiendo anunciado previamente (como suele hacerlo) la portada semanal de la abdicación del Rey en su web (firmada por la redacción y Manel F.). Hasta aquí todo habitual. No es hasta el miércoles 4 que empiezan a surgir los primeros rumores de censura. En un principio, yo también me creo las explicaciones que da la directora Mayte Quílez acerca de los supuestos problemas de impresión.
Debo decir que la gestión inicial de la crisis planteada desde la dirección no me satisfizo en absoluto. Se equivocaron y ellos lo saben. Hubo CENSURA y como tal hubo de ser denunciada antes, no como un error de impresión. Es más, aún creo que también existe CENSURA previa si no se permiten las portadas que el consejo de redacción crea oportuno que deben ser publicadas.
El tsunami llega el jueves 5 cuando los compañeros Manel Fontdevila y Albert Monteys confirman la censura de la portada y presentan sus dimisiones. ¿CENSURA en El Jueves? ¿Es posible? Se sucede una alucinante cascada solidaria de renuncias en cadena: Vergara, Guillermo, Paco Alcázar, Isaac Rosa, Malagón, Manuel Bartual, Luís Bustos... La censura en un país democrático es inadmisible. Pero los hechos me vienen a demostrar que, con la excusa de la crisis, hace mucho tiempo que este país anda muy justito de valores democráticos.
Naturalmente, mi primera reacción es la de querer hacer también pública mi renuncia. Entro en una montaña rusa de emociones contradictorias que aún hoy confieso sentir. Pero dado que, como ya os he dicho, mi papel en la revista no ha sido precisamente preponderante, decido quedar a la espera de que el resto de compañeros de más peso acabe de significarse.
El viernes surge la propuesta de emitir un manifiesto consensuado entre el resto de dibujante para dar a explicar la postura de los que se quedan. Desde ese día y hasta hoy hemos mantenido contacto común entre todos los que quedamos para dar a conocer nuestros pareceres. Se unen nuevas bajas a las iniciales: Pepe Colubi, Gras, Mel, Triz, Iu Forn, Ágreda, Asier y Javier... Un panorama desolador. Marchan grandes PROFESIONALES, auténticos ARTISTAS. Finalmente, muchos de nosotros hemos ido optando por volcar nuestros propios comunicados en Internet.
Esta espera me permitió reflexionar sobre el panorama que se presentaba ante una posible desaparición de un Jueves hundido por la confianza perdida de sus lectores. Para algunos ya sólo queda incólume la alternativa, la salida de MONGOLIA. Desde mi punto de vista, perder cualquier ventana desde la que asomarnos para tener otra percepción de la realidad es malo para el que pretende observar, malo para la pluralidad, malo para la democracia.
Hemos sufrido censura, una censura impuesta por el editor, no por la dirección de El Jueves, que es lo que me dicen. Entonces ¿debemos censurarnos todos los dibujantes por ello? La pregunta que no dejo de hacerme desde entonces es: ¿seremos todos más libres, más plurales, más justos si ya no queda nadie de nosotros? Es en este punto donde me asolan TODAS LAS DUDAS. Bien, yo no lo creo.
No sé si sabéis que cada vez quedan menos lugares desde los que mostrar nuestras viñetas, ergo, para expresar nuestras opiniones.
¿Nos inmolamos todos y nos quedamos sin la referencia del humor gráfico en este país desde hace 37 años? ¿Así, sin más, en un abrir y cerrar de ojos? ¿La propuesta es que marchemos todos los dibujantes de actualidad a MONGOLIA? ¿Tenemos que hacer otra revista alternativa? Hoy, en plena agonía de la prensa, permitidme que lo dude, sé de lo que hablo. Estuve en Mala Impresión, El Virus Mutante, en el suplemento de humor de Interviu A las Barricadas y en el del diario ARA. Ninguno de ellos ha sobrevivido.
Por eso he decidido quedarme. Porque esta tarea de explicar desde la prisma de humorista la actualidad no nos la ponen nada fácil. Hay muchos esperando ver cómo se queman las pocas naves que nos quedan y quedamos silenciados para siempre. Porque molestamos. Sí, al PODER le hacemos pupita. El bufón lo deja en evidencia. ¿O no molestaba la portada de Manel? ¿O la de Guillermo? Y tantos y tantos dibujos que han sido censurados y de los que poco hemos hablado porque no eran tan importantes como los de El Jueves.
Sí, RBA ha practicado censura contra el Jueves. Porque cree que ha hecho bien. Muchos somos los que decimos: mal hecho. Admiro y comprendo a los compañeros que se han ido. Un gesto así es un bofetón PARA TODOS. Asumo también mi parte, sé que me criticaréis. Pero hoy creo que El Jueves también es necesario. No uno sólo, mil Jueves más lo son. No podemos permitirnos el lujo de perder uno sólo, porque sencillamente de momento no tenemos nada más. Porque detrás sólo quedaría otro vacío y más silencio. Justo lo que algunos buscan porque cada vez soportan menos nuestras bromas, nuestras críticas.
Despertemos. No vivíamos en el país de las maravillas, bienvenidos al mundo real. Un lugar lleno de presiones, injerencias, sobres, gente pelota, puñales, cepillos, venganzas y cuentas pendientes. Amigos, este es el país que nos ha tocado caricaturizar día a día. Dejad que lo hagamos. Yo quiero seguir haciéndolo. También en El Jueves.
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